El año 2025 está dejando claro que blockchain y la tokenización han pasado de ser promesas tecnológicas a convertirse en instrumentos esenciales de regulación, control y competitividad empresarial. En los últimos meses hemos visto cómo reguladores financieros, bancos internacionales y expertos en ciberseguridad han dado pasos decisivos hacia la integración de estas herramientas, señalando un cambio de paradigma: la confianza ya no se decreta, se diseña con datos verificables y procesos trazables.
Este artículo analiza tres hechos recientes que ilustran ese cambio —la orden de Nueva York a sus bancos para usar herramientas de blockchain, el uso de blockchain contra el blanqueo de capitales, y la alianza entre tokenización e inteligencia artificial en los procesos de seguridad bancaria— y plantea sus implicaciones para empresas, instituciones y gobiernos.
- El giro regulatorio: Nueva York obliga a los bancos a usar blockchain
El 17 de septiembre de 2025, el Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York (NYDFS) emitió una carta histórica: todas las instituciones bancarias bajo su supervisión deberán integrar herramientas de analítica de blockchain en sus marcos de gestión de riesgos.
¿Qué significa esto en la práctica?
- Detección de riesgos en tiempo real. Los bancos deberán analizar carteras digitales de clientes para identificar exposición a actores de riesgo.
- Verificación del origen de fondos. Ya no bastará con declaraciones o documentos externos: el análisis en cadena se convierte en requisito.
- Evaluación de contrapartes. Proveedores de servicios de activos virtuales (VASPs) y socios bancarios deberán ser revisados con inteligencia on-chain.
- Comparación entre lo esperado y lo real. Los bancos tendrán que demostrar que vigilan que el comportamiento de sus clientes coincida con los perfiles de riesgo previamente declarados.
Este movimiento es relevante no solo para Estados Unidos. Cuando un regulador tan influyente como el de Nueva York establece un nuevo estándar, el resto del mundo observa y replica. Para Europa, donde la normativa MiCA empieza a desplegarse, y para Latinoamérica, donde países como Brasil y México avanzan en la regulación de criptoactivos y fintechs, la señal es clara: la analítica de blockchain será pronto una exigencia común, no una opción.
- Blockchain contra el blanqueo de capitales: de enemigo a aliado
Durante más de una década, blockchain fue percibido como un terreno fértil para el delito financiero. La narrativa era simple: “anónimo, global e incontrolable”. Sin embargo, la realidad es más compleja.
Hoy, la mayoría de los expertos reconocen que blockchain ofrece más transparencia que el dinero en efectivo. Cada transacción deja un rastro inmutable, público y auditable. Lo que antes se veía como una amenaza, ahora es una oportunidad:
- Investigación forense. Equipos de cumplimiento y agencias de seguridad rastrean flujos ilícitos en la cadena con más eficacia que en los circuitos tradicionales.
- Recuperación de activos. Casos recientes han demostrado que es posible congelar y devolver fondos desviados gracias a la colaboración entre exchanges regulados, investigadores y autoridades.
- Colaboración público-privada. La lucha contra el lavado de dinero se ha vuelto más efectiva gracias a la integración de datos blockchain con bases de datos tradicionales de sanciones y vigilancia financiera.
Un ejemplo ilustrativo es el informe anual de TRM Labs, que muestra cómo más del 80% de los intentos de blanqueo en criptoactivos son detectados en menos de un año, reduciendo drásticamente la capacidad de los delincuentes para “limpiar” capitales. En palabras de un directivo de Europol, “en el efectivo, el rastro desaparece en minutos; en blockchain, el rastro es eterno”.
- Tokenización e inteligencia artificial: seguridad bancaria de nueva generación
Otro cambio relevante se está dando en la banca minorista y en los sistemas de pagos. La combinación de tokenización e inteligencia artificial está transformando la autenticación de clientes y la prevención del fraude.
En la práctica, esto significa que cuando un usuario realiza una transferencia, entra en juego un sistema de múltiples capas:
- Token de un solo uso (válido solo por segundos).
- Biometría conductual (cómo teclea o interactúa el usuario).
- Inteligencia artificial que compara el patrón actual con el histórico para detectar anomalías.
- Blockchain como capa de registro inalterable que asegura que el proceso no pueda manipularse.
El resultado: operaciones más seguras, menos fraudes y, al mismo tiempo, menos fricción para el cliente. Se acabó el dilema entre seguridad y experiencia de usuario: la tecnología permite tener ambas.
Para los bancos, el beneficio no es solo en prevención de pérdidas, sino también en reputación. En un mercado donde la confianza es un activo, poder garantizar seguridad digital se convierte en argumento comercial y diferenciador.
- Implicaciones para empresas e instituciones
El cruce entre blockchain, tokenización e inteligencia artificial genera un nuevo marco de competitividad en múltiples sectores:
- Banca y pagos. Menor coste regulatorio, detección temprana de riesgos, mayor velocidad en operaciones internacionales.
- Seguros. Auditoría de siniestros más rápida, prevención de fraudes y creación de seguros paramétricos que se activan automáticamente al cumplirse una condición.
- Industria y comercio exterior. Pruebas de origen certificadas en blockchain que cumplen requisitos aduaneros y mejoran el acceso a mercados.
- Sector público. Subvenciones y compras públicas con trazabilidad total, generando confianza ciudadana.
- Cámaras empresariales y pymes. Mayor facilidad para acceder a financiación si los activos y facturas están tokenizados y auditablemente respaldados.
En resumen: más seguridad jurídica, más transparencia y más eficiencia.
- Riesgos reales y cómo mitigarlos
Ninguna tecnología es una panacea. La adopción de blockchain y tokenización en cumplimiento y seguridad también plantea desafíos:
- Privacidad. La trazabilidad debe equilibrarse con la protección de datos personales.
- Interoperabilidad. Evitar que cada institución cree sistemas cerrados que no puedan conectarse con otros.
- Gobernanza. Definir quién gestiona las claves, quién audita los sistemas y quién actualiza las reglas.
La buena noticia es que estos riesgos son conocidos y gestionables, siempre que se integren desde el inicio en los proyectos de adopción.
- Un cambio cultural: del coste al valor estratégico
Históricamente, el cumplimiento normativo se veía como un “coste necesario”. Ahora, la combinación de blockchain, tokenización e inteligencia artificial permite darle la vuelta al enfoque:
- El cumplimiento se convierte en un sello de calidad para clientes, inversores y socios.
- La seguridad deja de ser “defensiva” para transformarse en una ventaja competitiva.
- Las inversiones en estas tecnologías tienen retorno medible, en forma de reducción de fraudes, mejora de reputación y acceso a nuevos mercados.
- Hacia una agenda compartida
Estos temas no son solo debates técnicos; están en la mesa de los consejos de administración, ministerios de economía y cámaras de comercio. La pregunta ya no es si blockchain, tokenización e IA tendrán impacto, sino cómo alinearlos con objetivos estratégicos de negocio y políticas públicas.
Y aquí entra el papel de los foros internacionales. En diciembre, Barcelona acogerá el World Token Congress 2025, un encuentro que reunirá a líderes empresariales, gobiernos e instituciones para debatir precisamente sobre estos desafíos:
- Cómo las nuevas normativas (como la de Nueva York o la europea MiCA) están marcando la agenda.
- Qué casos de uso reales ya están generando retorno en sectores como banca, seguros, industria y sostenibilidad.
- Cómo tender puentes entre Europa y Latinoamérica en la adopción de estas tecnologías.
El WTC25 no es el centro de este cambio, pero sí el lugar donde se concentrarán muchas de las conversaciones que lo están definiendo.